· Que dejemos de decir "este país" y digamos España, que es su nombre.
· Que llamemos Español a nuestro idioma común, en lugar de "castellano" y perdamos el complejo absurdo de poner al mismo nivel lenguas vernáculas que tan sólo hablan de uno a seis millones de personas, con el Español, uno de los tres idiomas más importantes del mundo hablado por más de seiscientos millones de personas.
· Que dejemos de llamar "apalancamiento" a lo que, en realidad se llama endeudamiento.
· Que dejemos de llamar "preferentes" a títulos cuyos intereses se pagan cuando prefiere hacerlo el emisor y abandonemos ese lenguaje artificioso poblado de nombres que aparentan ser lo contrario de lo que en realidad son.
· Que seamos conscientes de la responsabilidad que tenemos las personas dirigentes de dar ejemplo de rectitud, ética, coherencia y buen hacer por los demás para no justificar un odio y desatar un rencor que destruya la democracia que tanto costó lograr y a la que continuamente hay que honrar.
· Que nos demos cuenta que cuanto más grande hagamos "lo público" mayor será la corrupciónporque un Estado elefantiásico, omnipotente, intervencionista y superpoblado de normas y burocracialo manejan personas que fácilmente caen en la tentación de utilizarlo en su propio beneficio entorpeciendo la iniciativa, la libertad de mercado y el emprendimiento empresarial.
· Que empecemos a sentirnos orgullosos de ser españoles y contribuyamos a que España deje de ser "el país donde nada es lo que parece" y recuperemos el lugar y la credibilidad que nos corresponde en el contexto europeo y mundial .
Un abrazo fuerte y que sigas siempre tan generoso y buen amigo como hasta ahora, para disfrute y satisfacción de los que te queremos.
Fernando.
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